El mapa que muestro es una situación sinóptica en superficie prevista para mañana, último día de este mes de marzo, espectacularmente lluvioso. Observamos una serie de factores que hacen pensar que las precipitaciones van a ser abundantes por una buena parte de la Península Ibérica:
a) Un frente asociado a una profunda borrasca centrada al norte del Atlántico.
b) Una entrada de vientos de origen polar marítimo y subtropical marítimo, cargados ambos de muchísima humedad.
c) Un gradiente isobárico algo profundo lo cual nos indica vientos importantes.
d) Como se puede observar, las precipitaciones serán mucho más abundantes en las zona más occidental y centro de la P.I, mientras que a medida que nos dirijamos hacia el Mediterráneo, las lluvias serán más escasas o inexistentes. Es lo que podríamos llamar el efecto Foehn a gran escala.
El invierno ha sido muy húmedo en la P. Ibérica y la primavera parece que quiere seguir los mismos pasos. De momento las previsiones a corto y medio plazo, apuntan a una continuidad de las lluvias. Lo que sí que está claro es que el campo lo agradecerá, los pantanos, los bosques y, algo muy importante, el próximo verano podrían haber menos incendios.